Las cubiertas que utilizan empresas como Meprosa Construcciones para diseñar naves industriales son diferentes a las implementadas en edificios comerciales y residenciales. Encontrarán una gran variedad de tipos en el mercado, no obstante, hay algunos que son más utilizados. Cada uno de estos presenta características propias, asimismo, beneficios y limitaciones. Conocerlos es importante para determinar cuál es el más conveniente.
Cubiertas tipo sándwich
Reciben su nombre por los paneles unidos por un material aislante en su núcleo. Los paneles pueden ser de fibrocemento o metal, mientras que el núcleo puede ser de fibra de vidrio, lana o poliestireno. Se trata de la opción más usada en naves, debido a su estructura que facilita y agiliza su colocación, principalmente en superficies inclinadas.
Es importante que una empresa constructora altamente profesional se encargue de ello, ya que se requieren componentes adicionales para su sujeción. Por ejemplo, es necesario construir falsos techos de correas visibles para su colocación. Es una excelente opción para remodelar o rehabilitar cubiertas existentes, debido a que su implementación no requiere la remoción o eliminación de la estructura antigua.
Hay igual versiones in situ, que consisten en chapas de acero con una capa de vidrio como aislante. A diferencia de los demás paneles sándwich, su creación se hace en obra y no en necesario crear falsos techos. El aislamiento que brinda es ideal para naves del sector alimentario, ya que permite almacenar alimentos perecederos apropiadamente. Su eficiencia energética es de las mejores en el mercado, además el aislante en su centro protege contra ruidos y variaciones climáticas.
Su utilización reduce los costes en aires acondicionados, ya que mantiene constante la temperatura, facilitando la creación de áreas de trabajo confortable. Requiere poco mantenimiento, razón por la que se usa ampliamente para rehabilitar techos de bodegas y naves, además, la cara inferior se ofrece en una amplia variedad de acabados. Su limitación más notoria es que no tiene tanta capacidad de carga, por lo que no conviene para la construcción de pisos.
Cubiertas deck
Tienen excelente capacidad de impermeabilización y aislamiento. Se trata de un diseño sofisticado conformado por diferentes materiales, como chapa grecada, aislante térmico, impermeabilizante y acabado para protección contra agentes externos. Su montaje es sencillo y rápido y se acopla a cualquier diseño de nave, debido a la capacidad de moldear los materiales que conforman las cubiertas deck.
Los expertos recomiendan estas cubiertas en áreas con pendiente. Se usa ampliamente en naves del sector logístico y en centros comerciales. Tienen una larga vida útil, por lo que se usan para cubrir grandes superficies. La estanqueidad en las juntas y la cubierta está garantizada con su instalación, debido a su estructura que inhibe puentes térmicos.
Con respecto a sus limitaciones, se encuentra su estructura ligera, por lo que no se recomienda para soportar cargas, asimismo, es necesario una instalación cuidadosa para asegurar la estanqueidad de sus componentes.
Cubiertas de chapa metálica
Se trata del diseño más simple en el mercado. Están compuestas por una chapa metálica, ya sea de forma ondulada o grecada, que se apoya en una estructura de concreto o de correas de metal. Su montaje es muy sencillo y requiere poco personal, asimismo, es la opción más asequible y ligera, por lo que es una buena opción para pequeñas naves con bajas demandas operativas.
Como cualquier material metálico para la construcción, destaca por aislar bien el frío y el calor, aunque otras opciones hacen mejor este trabajo. Es una buena opción para naves industriales en las que no habrá tráfico notable de peatones y maquinaria de manutención en su interior. Si se necesita la nave para altos tráficos, resulta más conveniente implementar una capa aislante en la cara inferior para obtener una mejor protección. Esto evitará las pérdidas de calor durante los vientos fríos y mantendrá la frescura en el interior durante las temporadas de calor.
Para su fabricación, se utilizan diferentes materiales, como cobre, zinc, acero y aluminio, siendo estos dos últimos los más utilizados. Se pueden aplicar acabados, como el galvanizado o prelacado para mejorar su apariencia. Tiene una buena vida útil acorde a su coste y resiste ante llamas y proliferación de hongos y bacterias. Su limitación más notable son los ruidos molestos que causa durante la época de lluvias.
Cubiertas autoportantes
La estructura de esta variante no requiere soportes, eliminando así la utilización de cerchas y correas para su sujeción. Está conformado por cerramientos de acero galvanizado, que resisten ante agentes externos causantes de oxidación. Sus acabados permiten canalizar las precipitaciones para sistemas de recolección pluvial (algo crucial para naves sustentables), además, resiste en áreas con vientos muy fuertes.
Hay dos tipos de cubiertas autoportantes. La primera consiste en cubiertas planas que presentan una sección ondulada que le brinda rigidez y fungen como dinteles rectos. El segundo tipo presenta un eje curvilíneo y una forma de arco con tirante interior para recoger los esfuerzos horizontales y así transmitir únicamente esfuerzos propios de peso a los apoyos. Destaca por su ligereza, ya que no requiere correas ni vigas y se ofrece en una amplia variedad de prestaciones y acabados.
Se recomiendan ampliamente en naves industriales con grandes alturas. Sus limitaciones principales son su baja capacidad de soportar cargas y la necesidad de personal calificado para su instalación correcta.
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