¿La vieja cubierta de sus bodegas necesita ser reemplazada? Si es así, es importante que mediten adecuadamente acerca de cuál es la más conveniente. Regularmente, se utilizan techos rígidos, pero igual existe otra opción: las cubiertas flexibles. En realidad, ambas son categorías que abarcan varios tipos, cuyo conocimiento es crucial para hacer una elección que realmente garantice la protección y funcionalidad de la estructura, asimismo, que se ajuste a sus requisitos de almacenamiento.
Cubiertas flexibles
Se trata de una opción versátil y económica y pueden hacer que las bodegas sean más eficientes. Ideales para naves temporales o situaciones en las que se requiere facilidad de montaje y desmontaje, se fabrican con lonas textiles de alta resistencia, que pueden ser translúcidas u opacas, con o sin aislamiento. Los tipos más comunes son:
Lona textil translúcida y sin aislamiento
Este tipo de lona se caracteriza por permitir el paso de la luz natural, lo que reduce la necesidad de iluminación artificial dentro de la nave. Se recomienda para áreas donde se realizan actividades que no requieren un control estricto de la temperatura ni un aislamiento térmico. Al ser translúcida, ofrece iluminación natural y reduce costos energéticos. Además, es ligera y fácil de instalar; sin embargo, no se recomienda en zonas con cambios extremos de temperatura o condiciones climáticas adversas, como tormentas o granizo.
Lona textil opaca y sin aislamiento
Esta bloquea completamente el paso de la luz, siendo adecuada para actividades que requieren un ambiente controlado en términos de iluminación, como espacios de almacenamiento de productos sensibles a la luz. Su montaje es sencillo y el costo suele ser menor que el de otros tipos de cubiertas, además, resiste muy bien y ayuda a lograr condiciones internas confortables, especialmente durante las temporadas más calurosas.
Lona TWS
TWS (Textile Weather Shield) se refiere a una lona textil diseñada específicamente para ofrecer mayor protección contra condiciones meteorológicas extremas, ya sea en almacenes o naves industriales. A diferencia de las lonas convencionales, esta variante incorpora capas adicionales para generar una cámara estanca de aire, mejorando así la resistencia térmica y el aislamiento contra el viento y la lluvia.
Se recomienda en zonas con condiciones adversas y puede ser traslúcida u opaca, asimismo, es común en estructuras modulares o ligeras. Pese a estas características, sigue sin igualar el nivel de aislamiento y durabilidad de las cubiertas rígidas.
Cubiertas rígidas
Como su nombre sugiere, son estructuras permanentes que proporcionan una protección robusta y duradera para las bodegas y naves. Se diseñan para soportar cargas más pesadas y resistir condiciones climáticas severas, como fuertes vientos o nieve. Entre los tipos más comunes, destacan:
Techo rígido de panel sándwich
La cubierta tipo sándwich es la más utilizada actualmente para naves y almacenes. Es una solución altamente eficiente en términos de aislamiento térmico y acústico. Está compuesto por dos láminas de metal entre las cuales se encuentra un núcleo aislante de materiales como poliuretano o poliestireno. Este tipo de techo es ideal para naves que requieren un control riguroso de la temperatura interna, como almacenes de productos sensibles.
Destaca por sus juntas estancas machihembradas, lo que asegura una total estanqueidad, algo crucial para el almacenaje de materias primas para el sector agroalimentario. Su aislamiento térmico y acústico es uno de los mejores en el mercado, además es resistente y duradero. Es una opción adecuada para climas extremos, aunque su costo de instalación es más elevado que el de otras opciones, y su montaje puede requerir más tiempo, pero sigue siendo rápido de instalar.
Techo rígido de chapa simple
Destaca por su costo accesible y facilidad de instalación. Su perfil grecado de chapa de acero se conforma en frío y, aunque no ofrece aislamiento térmico (lo que puede ser un inconveniente en regiones con temperaturas extremas), es funcional e ideal para operaciones logísticas.
Techo de chapa simple con lámina anti-condensación
Es similar al tipo anterior, pero incluye una lámina adicional diseñada para reducir la formación de condensación en el interior de la bodega. Consideren que la condensación puede ser un problema en ciertos climas, ya que puede generar humedad no deseada en el interior de la nave, afectando a los productos almacenados o a los equipos, por lo que, sí operan en tales entornos, es una buena opción. Esto mejora las condiciones interiores sin aumentar significativamente el costo, aunque no ofrece un aislamiento térmico completo.
¿Cuál elegir entonces?
Elegir entre una cubierta rígida o flexible depende de varios factores e, incluso, de asesorías profesionales por parte de mejores constructoras industriales en México, no obstante, hay algunos puntos que les orientarán en su decisión final:
- Considerar las condiciones climáticas. Si la nave industrial está ubicada en una zona con temperaturas extremas o lluvias frecuentes, una cubierta rígida con buen aislamiento, como el techo de panel sándwich, será la mejor opción. Por otro lado, si las condiciones climáticas son más templadas, una cubierta flexible puede ser suficiente.
- Durabilidad y mantenimiento. Las cubiertas rígidas son más duraderas y requieren menos mantenimiento. Si buscan una solución temporal o de fácil desmontaje, las lonas flexibles serán más adecuadas.
- Las cubiertas flexibles suelen ser más económicas, tanto en términos de materiales como de instalación, mientras que las cubiertas rígidas, aunque más costosas, ofrecen mayor durabilidad y protección.
- Necesidades de aislamiento. Si la nave requiere mantener una temperatura estable o proteger los productos de la luz y el calor, una cubierta rígida será más adecuada. En cambio, para actividades que no demanden control térmico, una cubierta flexible puede cumplir perfectamente con las expectativas.
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