Adquirir naves industriales no es cosa fácil, pues tienen que considerarse muchos aspectos, siendo la clase de los más importantes. Existen dos tipos de clases en el mercado mexicano: A y B. Elegir entre una u otra no es cosa fácil y depende de varios factores, como tipo de actividad que se llevará a cabo, presupuesto y necesidades logísticas. Para que tomen una decisión informada y satisfactoria, les invitamos a revisar los detalles que trataremos en esta nueva publicación y que seguramente les darán mayor claridad.
Naves industriales clase A: para necesidades de modernidad
Las naves de clase A consisten en instalaciones de vanguardia, pues destacan por su infraestructura moderna, tecnología de punta y ubicación estratégica. Estas se fabrican con altos estándares de calidad, siendo ideales para empresas que buscan operar en entornos altamente eficientes y con tecnología de última generación.
Cuenta con muchas características, siendo las más notables:
- Altura libre. Con una altura superior a los 10 metros, estas naves permiten un almacenamiento vertical más eficiente, maximizando el uso del espacio.
- Capacidad del suelo. Están diseñadas con pisos reforzados capaces de soportar grandes cargas de hasta 10 toneladas por metro cuadrado, lo que las hace perfectas para maquinaria pesada o almacenamiento de productos voluminosos.
- Se encuentran ubicadas en puntos clave, cerca de infraestructuras como autopistas, puertos o aeropuertos, facilitando así el transporte y distribución.
- Tecnología de última generación. Están equipadas con sistemas eléctricos de alta capacidad, ventilación optimizada y soluciones automatizadas para el manejo de mercancías.
- Diseño y apariencia. Su estética moderna y fachadas elegantes contribuyen positivamente a la imagen de las empresas. Por ejemplo, destaca por el uso de paneles aislantes, como las cubiertas tipo sándwich que se han popularizado para naves industriales recientemente y que, además de ser funcionales, tienen excelentes acabados y pueden personalizarse.
¿Cuáles son sus pros y contras?
En el caso de los pros, podemos mencionar:
- Gracias a su tecnología avanzada, estas naves permiten operaciones más ágiles y optimizadas, especialmente para industrias que dependen de la automatización.
- Están situadas en parques industriales estratégicos, es decir, en zonas privilegiadas, lo que facilita el acceso a rutas de transporte esenciales para el personal o para transporte de mercancías.
- Pueden integrarse con oficinas para un ambiente más profesional y atender adecuadamente a los clientes.
Con respecto a sus contras, destaca su costo, que es mayor en términos de construcción como de renta o adquisición, lo que puede ser un impedimento para las pymes. Además, la oferta de naves industriales de clase A puede ser limitada en ciertas áreas, especialmente en ciudades pequeñas o zonas alejadas de centros urbanos.
Naves industriales clase B: diseño clásico y funcional
En este caso, se trata de las instalaciones industriales más antiguas y tienen especificaciones menos avanzadas que las de clase A. A pesar de no ofrecer la misma tecnología ni diseño moderno, son una opción viable para muchas empresas que buscan reducir costos sin sacrificar funcionalidad. Entre sus características más notables, podemos mencionar:
- Altura libre. Suelen tener una altura más baja que las de clase A, oscilando entre 7 y 10 metros.
- Capacidad del suelo. Aunque no siempre están preparadas para soportar cargas muy pesadas (dado que soporta hasta 8 toneladas por metro cuadrado), generalmente son adecuadas para la mayoría de las operaciones industriales estándar.
- Ubicación. Estas naves o bodegas no suelen estar en zonas tan privilegiadas como las de clase A, sino en áreas industriales tradicionales, remotas o en las periferias de zonas metropolitanas con accesos razonables.
- Nivel tecnológico. Están equipadas con lo mínimo indispensable para operar, por ejemplo, se recurre comúnmente a la ventilación natural en estas, mientras que las naves de clase A utilizan extractores y aire acondicionado. Asimismo, no cuenta con sistemas de automatización.
- Diseño. Aunque aquí no se consideran las claves para lograr diseños de naves modernas, son funcionales y cubren las necesidades básicas de una instalación industrial. Aquí en vez de paneles, es común usar láminas galvanizadas.
¿Cuáles son sus pros y contras?
Sus pros son los siguientes:
- Resultan más económicas tanto en términos de compra como de mantenimiento, siendo ideales para empresas con presupuestos ajustados.
- Existen más opciones de este tipo de naves en áreas industriales consolidadas, facilitando la búsqueda de instalaciones.
Con respecto a sus contras, destaca que las naves industriales de clase B no gozan del acceso inmediato a vías principales, lo que puede ser complicado para el personal. Asimismo, es posible que requieran invertir en mejoras para adaptar el espacio a sus necesidades, lo que incrementará el costo inicial.
¿Cuál elegir?
Esto dependerá en gran medida de las características de su empresa y su nicho industrial. Los casos donde se recomiendan las naves de clase A son:
- Si la empresa depende de sistemas automatizados, requiere un flujo logístico muy preciso o necesita almacenar grandes cantidades de mercancía en altura, una nave de clase A es la opción más adecuada.
- Las empresas multinacionales o con operaciones de gran volumen están entre las principales usuarias de la tecnología avanzada y la ubicación estratégica de las naves de clase A.
- Si el aspecto corporativo y la proyección de una imagen moderna son factores importantes, optar por una nave clase A es su mejor opción.
Las naves de clase B son buena opción para:
- Pymes que buscan un espacio funcional, pero a menor costo, las naves clase B son la mejor opción.
- Empresas que no necesitan grandes capacidades tecnológicas o logísticas y cuya actividad es de menor escala.
- Empresas que no requieren estar cerca de rutas de transporte principales o que necesitan operar en zonas remotas o periféricas.
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